Mensaje entre rejas

Papá, preso político en la Cárcel de Encausados en el año 1932, el día en que le levantan la incomunicación le manda a Mamá el papelito que estamos viendo con un ignoto guardia con ideas afines. En él le pide que le lleve una salida de baño, jabón, lápiz, diarios, un cepillo de dientes y agua de San Martín. Termina saludándola a ella y a su hijito Justo Martín de apenas un año. Cuando Mamá va a visitarlo me lleva en su panza por lo que yo siempre digo que esa fue la primera vez que entro a una cárcel. Como aclaración: El agua de San Martín era el agua que se sacaba de un gran tanque que estaba en el barrio del mismo nombre. Acreditada y preferida por las familias de entonces, se vendía en toda la ciudad llevada por carros con tanques tirados por caballos que la repartían, vendiéndose por cantidades no menores a cinco litros. Marcelo
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nooooo! Quiero Agua de San Martin ahora!

Anónimo dijo...

la notita hecha en un papel cualquiera, un resto de papel, donde papá muestra sus dos caras: la ternura y el rigor de sus convicciones, además de la pulcritud de su persona en todos los aspectos.

Marcelo Páez Molina dijo...

Es probable que a muchos extrañe lo del "agua San Martín". Se trata del agua que se extraía de un enorme tanque que estaba en el barrio del mismo nombre (aún se conserva) y que se había hecho famoso, sin saber yo las causas, por la pureza del elemento que contenía. El agua era distribuida por carros y pequeños camiones equipados con tanques por toda la ciudad y era la preferida de todos. Ahí esta Papá como prueba...